Muchas veces el diario vivir nos ahoga y nos olvidamos que tenemos de nuestro lado al que todo lo puede, al Dios de lo imposible. En este momento ponte a pensar en todos los pequeños milagros que suceden en tu vida, un ejemplo es, el haber despertado esta mañana, muchos no tuvieron la dicha de ver un nuevo amanecer, en nuestra mesa hubo pan qué comer, tenemos un techo sobre nuestra cabeza, una cama donde reposar, tenemos un trabajo que bien tenemos que madrugar pero al menos madrugamos a trabajar y no madrugamos a conseguir trabajo.
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