La vida es el regalo más
hermoso que Dios y nuestros padres pudieron regalarnos, y que aunque
no tiene valor monetario, incluso el valor sentimental es incomparable e
inmencionable.
Es por esto que todos los días cuando despertamos damos inicio a
un reto, y como todo reto no será sencillo pero será reconfortante cuando
obtengas resultados luego de amar, reír, llorar, jugar, ganar y perder. Porque
al final de tu camino lo importante no será haber caído, sino haberte levantado.
Valora cada segundo que respiras y agradece a Dios por tan bello
regalo.
Dios los bendiga!
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