A veces creemos que la vida se nos está cayendo
a pedazos.
Recibimos golpes duros que nos hacen pensar, que
nunca podremos superarlos.
A veces perdemos por momentos la fe y nos invade
el desaliento.
La vida tal parece una sucesión de hechos
inesperados, pero no es así.
Siempre detrás de todo lo que sucede, está la
mano de Dios.
Confía en su inmensa sabiduría.
Quizás en el mañana comprendas porque tenía que
sucederte algo.
Quizás no lo sepas nunca, pero siempre confía en
El.
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