Cada vez más científicos se concentran en estudiar las cosas simples y pocas debe haber tan simples como ir a la playa.
Bien sabemos que las actividades al aire libre como las caminatas o andar en bicicleta, son beneficiosas, y todo lo que es bueno para la salud física, lo es para la salud mental.
En la plaga encontraremos desde un “spa” al aire libre con la arena exfoliando nuestros pies, hasta el mejor alivio para el estrés a través de la brisa marina, los efectos del agua y la luz natural. Todo esto ayuda a distenderse y a olvidarse de los problemas cotidianos.
Además, el sol es la mejor fuente de vitamina D, indispensable para fortalecer nuestros huesos y fundamental para las mujeres. Los estudios también demuestran que el sol aumenta la producción de endorfinas, la hormona de la felicidad. ¡Es ideal para estimular la mente!
¿Y qué decir del paisaje? Tan sólo con ver la playa con su mar azul, el sonido rítmico de las olas y sus arenas tibias, nos sentimos mejor. A este sentimiento de calma y tranquilidad que sentimos cuando estamos en la playa, los científicos lo han denominado “espacio azul”, porque es la forma que encontraron para describir el efecto que produce en el cerebro.
Como si nos hipnotizara, el espacio azul tiene la capacidad de liberarnos y relajarnos.
Veamos en detalle, cuatro aspectos positivos de la playa que impactan directamente en nuestro cerebro
1) Alivia el estrés.
El sólo hecho de darnos una ducha vigorizante o un baño de burbujas, mejora nuestro humor. El agua tiene la capacidad de aliviar el estrés y en especial el agua de mar; porque contiene iones positivos que tienen la capacidad de distender y relajar el organismo. Todos deberíamos disfrutar de este estímulo positivo cada tanto. ¡Incluso los niños!
2) Estimula la creatividad.
Si te está faltando inspiración para resolver problemas o estímulo para crear o estudiar, los científicos también encontraron la respuesta para esto en la playa. Este enorme espacio azul, presiona el botón “reset” en nuestro cerebro, pone la mente en blanco y libera espacio para que lo nuevo surja.
La playa tiene un efecto similar al de la meditación, porque nos ayuda a relativizar los problemas y saca lo mejor de nosotros. La mejor manera de concentrarse en los aspectos positivos de la vida.
3) Alivia los síntomas de la depresión.
Así como la playa actúa sobre la tranquilidad y la creatividad, también puede hacer mucho para aliviar el estrés. No es de extrañar que cada vez más personas elijan vivir cerca de la playa para dejarse llevar por el sonido maravilloso de las olas, el horizonte que cautiva la vista, el aroma a sal y la arena tibia. Todas estas sensaciones nos trasladan a un lugar en donde todo es paz y tranquilidad.
4) Coloca las cosas en perspectiva.
Definitivamente, unos minutos caminando por la orilla del mar o simplemente contemplando este espectáculo maravilloso de la naturaleza, cambia nuestra percepción de la vida. Vemos las cosas de otra manera y es una “inyección” de positivismo.
Si estás pensando en buscar un lugar para pasar un par de días para “desenchufarte” de la rutina, aprovecha de todos los beneficios que te ofrece la playa. ¡Y no olvides tu protector solar!
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